EL COVID EN EXALTACIÓN DE LA CRUZ, SUS TREMENDAS SECUELAS.

A quince meses del inicio de la pandemia los titulares de noticias hablan de 75.000 muertos por Covid 19. Un número frío, distante, difícil de racionalizar, que se termina convirtiendo en estadística y pierde el sentido real de la cifra…

75.000 MUERTOS, una vez y media la capacidad de la Bombonera. ¿Se imaginan un clásico Boca-River a cancha llena?, las tribunas atestadas de hinchas. Eso y media cancha más, es el equivalente de nuestros muertos…

75.000 MUERTOS, abuelos, padres, hijos, nietos, docentes, médicos, plomeros, recolectores de basura, tacheros, deportistas, artistas, verduleros, empresarios, obreros, indigentes… El Covid no discrimina, no pregunta quién es, ni de qué vive. Ataca sin importar si es hombre o mujer, joven o viejo, sano o enfermo.

75.000 MUERTOS, y mientras seguimos debatiendo de quién es la culpa. Con acusaciones cruzadas entre oficialismo y oposición, con nuevos ensayos de prueba y error, para dar con alguna medida eficaz. Las cifras siguen aumentando. Porque aquí siempre para cada acusación, hay una contra acusación: vacunatorios vip vs viajes a Miami a vacunarse, confinamiento estricto vs marchas del 25M. Y en el medio la gente que espera su vacuna, y que intenta sobrevivir en una economía devastada.

En nuestro ámbito exaltacrucense,  la cifra ascendía a 54 fallecidos por Covid. Y duele tanto o más que esos 75.000; porque son tan nuestros, tan cercanos…

Para todos nosotros, los 54 tienen nombre y apellido, un rostro conocido, una anécdota inolvidable, una historia de vida compartida. Roguemos por el descanso eterno de sus almas, y que sus familias encuentren sosiego a pérdidas tan grandes…

 

Por Graciela Venturino.

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