EL ACTO DE IMPOSICIÓN DEL NOMBRE.
La plaza se encuentra en las calles Guido Spano y Juan José Paso. El secretario de gobierno Diego Nanni junto al delegado en Cardales, Carlos Tucci y la delegada de Cultura Anina Gualchi, acompañaron a familiares y vecinos en el evento. El vecino Javier López fue el promotor del nombre de este lugar para esparcimiento.
El párroco Eduardo bendijo la plaza, y se entregaron reconocimientos a vecinos y se presentó el Ballet de Folclore del Centro Cultural y el Ballet Municipal El Cardón de Zárate. La plaza ha contado también con el aporte de vecinos, como el caso de Sergio Real Salas, quien donó dos bancos y de la empresa Ferrero que aportó los pan dulce y budines compartidos en la reunión.
Acá va la síntesis acerca de Hideler Ramón Pascual, “Pascualito”, elaborada por Luis Julio Salom.
Hideler Ramón Pascual nace en Capilla del Señor el 10 de junio de 1941. Sus padres fueron Evangelia Monsalvo y Evaristo Ramón Pascual. Su hermana menor era la recordaba docente Alicia Luisa Pascual de Saldaña.
La familia Pascual vive siempre en la zona cercana a Los Cardales, por lo que Hideler (“Pascualito”) realiza sus estudios primarios en la Escuela Nº11.
Desde muy joven empieza a trabajar como chofer de la empresa Citex, para continuar a cargo de uno de los camiones del Sr. Carlos Durruty que transportaba leche a la usina “La Armonía”; luego y por muchos años consecutivos se desempeña como transportista escolar en la Fundación Holters-Simon. Aquí realiza primero el recorrido Los Cardales- Campana y luego Los Cardales- Pilar. Sigue siendo muy recordado por todos los exalumnos que transportaba debido a su trato siempre amable y bonachón.
Participó activamente en muchas de las actividades sociales y solidarias de su pueblo. En primer lugar como integrante del Centro Tradicionalista “El Estribo”. Somos muchos los que lo recordamos desfilando a caballo en los actos centrales de Capilla del Señor y de Los Cardales, también conduciendo un pintoresco Charret en el que llevaba a todos sus queridos nietos.
Fue un entusiasta colaborador del Párroco Luis María Astigarraga, acompañándolo en la instalación de un merendero en la Capilla del Barrio San José de Tala y también en la atención de los más necesitados de ese lugar.
Trabajó con sus hijos y también con alguno de sus nietos, en el emprendimiento familiar que desde hace ya varios años es conocido con en el nombre de Autoservicio T. y C., ubicado en la Avenida Belgrano 335.
En sus últimos años se plantea como uno de sus objetivos personales cuidar esta plaza que hoy se está inaugurando con su nombre. Para ello gestiona activamente ante el Delegado Municipal Arnaldo Ponce de León y, de a poco, su proyecto se va convirtiendo en realidad. Contando ya con la infraestructura mínima convoca a otros vecinos bien dispuestos para festejar en ella el “Día del Niño”, desarrollando un programa que incluía juegos, una rica chocolatada y siempre, aunque costara, había premios sorpresa…
Le interesaba que “su plaza” estuviera bien cuidada y como a veces solo no podía, con la ayuda de su familia y de los buenos vecinos cortaban el pasto por sectores, cuidaban las plantas y alegraban ese pequeño espacio verde con el infaltable color de las flores.
Pascualito fue un hombre esencialmente bueno y generoso, que hacía de la amistad un culto, despertando en todos los que tuvimos la suerte de tratarlo una corriente de empatía inolvidable.