DESPUÉS DE JUGAR EN NUESTRO PAÍS Y EN EL EXTERIOR.

Santiago Davio resolvió que había llegado el momento de cerrar una etapa de su vida, la de jugador de fútbol. El jugador capillense, de esos que lleva al fútbol en la sangre, pasó por clubes de la Argentina y el exterior. Y no ha perdido tiempo para arrancar con un nuevo desafío en su vida, el de técnico.

“Los primeros pasos -cuenta Santiago a EPOCA-, fueron en la escuela se fútbol de mi papá (el conocido “Batata” Davio, uno de los mejores jugadores surgidos en el distrito en todos los tiempos). Jugué en la escuela desde los 4 hasta los 10 años, cuando me fuí a jugar a Defensores Unidos de Zárate, después a los 12 años pasé a JUnior donde jugué hasta los 14. Mi siguiente paso fue ir a San Lorenzo de Almagro, donde estuve hasta los 16-17 años para más tarde pasar a Villa Dálmine de Campana. En el “violeta” debuté en primera división, tenía 18 años, luego volví al CADU de Zárate (le brindó un reconocimiento, foto portada) y logramos el ascenso, mi siguiente etapa ya tuvo que ver con mi recorrido por clubes de varios países”.

-¿Que fue lo más fuerte que te dejó el fútbol como jugador?
-El fútbol me hizo madurar muy rápido, fijate, a los 24 años ya me fuí solo a Italia; a la vez me permitió conocer a muchas personas que me ayudaron en mi carrera como futbolista. Viví muchas experiencias, vivencias, estuve tiempo en el exterior, pasé en soledad fiestas de fin de año por ejemplo, en Guatemala llorando, hablando con mi familia. Pero bueno al mismo tiempo sabía que era lo que yo había elegido, ser jugador de fútbol.
No me puedo olvidar que, por si fuera poco, me enteré que iba a ser papá mientras hacíamos una pretemporada formando partedel plantel de Acassuso que estaba en la Primera B Metropolitana y me avisaron por teléfono!, no pude compartir un momento tan lindo como ese, pero bueno. Tampoco me olvido del ascenso con Defensores Unidos de Zárate, otra de las cosas muy lindas que me dejó el fútbol, y que me marcó mucho, así como mi paso por Desamparados de San Juan, ese creo que fue uno de los momentos más felices para mí, lo recuerdo por todo el cariño que recibo día a día…

Davio junto a su esposa Guadalupe y el pequeño hijo de ambos, en su terreno, una cancha de fútbol.

-A los chicos que se inician, que les aconsejarías a sus padres, muchos demasiado ansiosos para que lleguen a ser alguien en el fútbol?
-Es difícil ponerse en la piel de otro papá, yo sólo voy a incentivar a mi hijo para que se incline por el deporte, y si es el fútbol mejor, si bien es un deporte donde existe mucha falsedad e hipocrecía cuando se torna profesinnal. Si tuviera que dar un consejo a un padre que tenga a un hijo que quiere jugar al fútbo, le diría que deje que se divierta y que no lo haga quemar etapas más rápido de lo establecido, y a su vez que siempre esté a su lado, apoyando en cada decisión que tome por más que se esté equivocando, eso lo hará más fuerte.

-¿Que rol ocupó de papá en tu vida deportiva?.
-Mi papá fue mi guía en todo, siempre me marcó lo bueno y lo malo; desde su inmensa pasión por el fútbol, me llevó a que el fútbol fuera para mí un estilo de vida. Desde ya, sufrió mucho cada vez que me iba a jugar a otro lado, nunca podía hablar por teléfono desde el exterior porque lloraba, se ponía muy sensible. La verdad, aprendí mucho de el; para mí ha sido uno de los primeros formadores en el fútbol de Capilla del Señor, todo Capilla jugó por el “loco Batata”!

-¿Seguís ligado al fútbol?
-Sí; soy profe de preparación física, me recibí de director técnico, hice capacitaciónes de utilización de GPS en el deporte, un curso de infanto juvenil en Argentinos Juniors, y ahora estoy como técnico en Defensores Unidos de Zárate en la B Metropolitana, la quinta división entre las categorías de AFA; la idea es ir ganando experiencia y después armar mi grupo de trabajo.

Santiago Davio respira fútbol, a la vez se apoya mucho en su familia, y en este momentode su vida recuerda de “agradecer a toda la gente que siempre me apoyó en el fútbol, amigos y desde ya mi familia, ellos fueron muy importante para atravesar etapas que ahora cierro; mucha gente sin conocerme de Capilla del Señor además, al estar jugando afuera me apoyó y eso lo lo valoraré siempre, y también gracias a EPOCA que siempre estuvo pendiente de mi carrera. El fútbol es un deporte muy lindo pero que exige mucho sacrifico, y a ese sacrificio muchas veces lo ven sólo los que están cerca de uno; de nuevo, gracias por todo”.

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