Quienes se quedaron sin granos o con cosechas magras, verán encarecidas sus facturas de alquileres, insumos y semillas. Impacto inflacionario en alimentos.
“El dólar agro es en definitiva la tercera versión del dólar soja; a los productores y sus entidades no nos parece una medida adecuada. Las actividades agrícolas son de ciclos largos, se requiere previsibilidad y reglas de juego por períodos extendidos o que respeten los ciclos. Aquí se cambian las reglas del juego, por 30 días en el caso del dólar soja 1 y 2, y por 50 días ahora”.
“Esas medidas cortas -explicó Mántaras- en el tiempo terminan siendo parches que generan una serie de daños colaterales en el universo de los productores, en los vínculos comerciales; en momentos de crisis como la presente por la sequía, ese impacto es mayúsculo”.
A modo de ejemplo, detalló que “hay productores que no van a poder cosechar en función de sus expectativas, porque la perdieron o porque va a ser insuficiente porque los rindes son muy bajo. En la lógica de los productores agrícolas, los alquileres, insumos y granos son a pagar en la cosecha”.
“Pero los granos no están para todos y hay que asumir obligaciones con lo cosechado. Este dólar soja posiblemente les permita cumplir compromisos a algunos, pero a los más afectados los encarece las obligaciones que no pueden afrontar”.
Subrayó en ese sentido que “un productor que está en situación de desastre o de emergencia, que ha visto mermada su producción, tendrá pagos de arrendamientos -casi 70% de las actividades agrícolas se hacen en campos arrendados- con un tipo de cambio establecido arbitrariamente a partir del 10 de abril. Se encarecen los compromisos a los que no tienen granos. No se puede hablar de daño colateral sino de impacto directo”.
Añadió que existe un “impacto similar por obligaciones asumidas y compromisos a cancelar para otras actividades. Se encarecen por ejemplo derivados de la soja, que insumos para otras actividades como la avícola, porcina o tambera. Aparecerán después las compensaciones, pero los daños se extienden en el tiempo, en un contexto inflacionario”.
Unificar el dólar
Sobre las medidas que a su juicio permitirían atemperar ciclos críticos como el de la presente sequía, el titular de la Sociedad Rural de Santa Fe sostuvo que “se necesita unificar el tipo de cambio, tener las mismas reglas de juego para todos. Hoy hay ganadores como los propietarios de campos -esto no es en desmedro de ellos- las empresas acopiadoras, las cerealeras y acopiadoras. Massa agradece a la Cámara de la Industria Aceitera, a los grandes ganadores, a los que captan el dólar diferencial al 100%; eso no ocurre con los productores pese a lo que se esfuerza en explicar el ministro.
“Es un disparate la brecha cambiaria, los tipos de cambio que tenemos. No es serio, claramente. Se necesita unificar el tipo de cambio, encarar el tema. La semana pasada el diputado Oscar Martínez dijo en la Legislatura de Santa Fe que, a los productores, el dólar soja les implica cobrar sus granos sin derecho a exportación.
“Hay que aclarar -añadió- que los derechos a exportación siguen vigentes. Los productores con cosecha magra lo pagarán”. Mántaras dijo que entre los perjuicios de las medidas, están las dificultades “a la hora de planificar la próxima campaña si el ministro de un día para el otro cambia arbitrariamente los tipos de cambio para algunas actividades y otras no. Ni siquiera está definido qué economías regionales van a entrar”, concluyó.