EL FÚTBOL LO ACOMPAÑA DESDE CHICO.
Santiago Davio, uno de los hijos de Domingo Davio, entre los tres mejores jugadores del distrito y la zona de todos los tiempos, heredó la misma pasión, el mismo amor incondicional por la pelota de fútbol. Santiago empezó a jugar desde su niñez y una vez adolescente y luego juvenil y como jugador profesional, tuvo una valiosa trayectoria por clubes argentinos y de Sudamérica.
Hasta que un día resolvió decir “no va más” y se retiró como jugador. Fue el momento en que empezó a abocarse de lleno a la dirección técnica, y en el club Defensores Unidos de Zárate (CADU) donde también pasó como jugador, dio sus primeros pasos como entrenador. Así, de divisiones juveniles, pasó a trabajar años más tarde como asistente de “Mostaza” Merlo, el recordado jugador de River en los años ´70, cuyo mayor momento de gloría como entrenador fue cuando condujo a Racing al campeonato y luego vino la estatua en su honor.
Davio de 39 años, dejó de jugar en 2018, su último club entre los varios por los que pasó fue Leandro Alem en la Primera C. Sus comienzos como DT “fue con los juveniles del CADU, en 5ta división entre 2028 y 2019; cuarta desde 2019 a 2020, la reserva en 2021″, hasta sumarse como asistente de Merlo en 2022.
En 2022, con Mostaza con el buzo de técnico en Defensores Unidos, Davio como asistente hizo una buena experiencia durante seis meses, para una vez que más adelante cuando Merlo dejó el CADU y Santiago fue designado como técnico. Y desde los inicios, su trabajo en la conducción del plantel del club zarateño, ganó espacio y consideración acompañado por su cuerpo técnico compuesto por cinco colaboradores.
El primer gran logro de Davio como entrenador del CADU, surgió cuando en mayo de 2022 lo condujo en el ascenso a Primera B, un objetivo inédito alcanzado por la entidad, para coronar a finales de ese año, alcanzar el ascenso al Nacional B, división en la que Defensores ha mostrado un estilo de juego y buenos resultados, y lo hizo con Davio como entrenador hasta hace poco quien dejó al club en la mitad de la tabla de posiciones y con chances de nuevo de meterse en el Reducido por un lugar en Primera, cuando se produjo su desvinculación de la institución.
“¿Que pasó?”, se preguntó Davio ante la consulta de EPOCA. “Mirá, ocurrió que la dirigencia del club pretendía que el equipo jugara de una manera que yo no compartía, es decir la razón de mi alejamiento fue futbolística”, sostuvo el capillense. “Yo me fuí muy conforme con lo alcanzado, hay que fijarse nomás que en la primera temporada que jugamos en el Nacional B, terminamos segundos en la primera ronda y en la segunda quedamos a sólo tres puntos para entrar al Reducido para el ascenso a Primera”.
“Como dije mi desvinculación de Defensores (Darío Lema el nuevo entrenador) fue por diferencias con los dirigentes por la línea de juego del equipo. Eso generó que tuviéramos muchos chispazos, los dirigentes creen que Defensores es Boca o River y pretenden pelear todos los campeonatos y no tienen presupuesto para nada de eso; tuvimos muchos roces con la dirigencia, querían manejar al plantel y todo se puso muy incómodo, tirante. Entonces después de ganarle a Defensores sde Belgrano me fuí de la mejor manera, sin peder como local”. “En definitiva -apuntó- no se puede pretender que vayamos a ganar a Rafaela cuando jugamos contra Atlético, en una cancha chica y difícil. Ellos (la directiva del club), decían que no ganabamos de visitantes, sin darse cuenta de todo el contexto”.
“Eso sí -aclaró Davio- con el plantel tuve una relación de diez; cuando tuve mi primera discusión con los dirigentes, los jugadores me bancaron y por eso seguí como entrenador por ellos, hasta que tres fechas después buscaron alguna excusa para echarme“.
Después insistió, “me fuí satisfecho por mi trabajo como entrenador, alcancé el 76% de efectividad jugando como local en el Nacional B, enfrentando a equipos muy importantes; el año pasado quedamos a dos puntos de entrar al Reducido. En dos años al frente del plantel en el Nacional B, perdí sólo tres veces, con Almirante Brown, Estudiantes de Río Cuarto y Colegiales”.
Con la experiencia acumulada en Defensores Unidos, Davio apuesta confiado en su futuro como técnico, “ahora espero el recambio de entrenadores que suele darse en el Nacional B, mientras tanto me reúno con técnicos, con gente del fútbol, para seguir aprendiendo; hace poco charlé con Lucas Pusineri, el actual técnico de Barracas Central, hablamos de metodologías de trabajos y otros temas importantes”. Santiago Davio y sus convicciones.