“PARECE QUE FUERA AYER”, SUELE DECIRSE.
Y ese ayer data nada menos que de un siglo y medio atrás. La tan prolífica historia enhebrada alrededor de la familia Lucca, y continuada hasta el presente por las generaciones familiares que fueron sucediendo.
Y mientras el mundo se vio sometido en 150 años, a una infinidad de eventos y sucesos que lo sacudieron, en el país los obtáculos también fueron innumerables: crisis económicas, gobiernos de facto, violencia terrorista, la recuperada democracia, la inflación, los titulos de campeones del mundo en fútbol y tantos fantásticos logros deportivos y mucho más. De todos, fue testigo la Panadería Lucca en Luján, a la que cuarta y, quinta generación de descendientes de los Lucca que la crearon, la han llevado adelante y creciendo.
ENCLAVADA EN LUJÁN. SE TRATA DE LA PANADERÍA MÁS ANTIGUA DE LA ARGENTINA Y CUMPLE 150 AÑOS. La gente, SUS PAREDES FUERON TESTIGOS DE UN TRAMO MUY TRASCENDENTE EN LA HISTORIA DE LUJAN Y DE NUESTRO PAÍS.
Y POR SUPUESTO, HABÍA FESTEJOS. EL 24 Y EL 31 DE AGOSTO, EN ESTE ÚLTIMO CASO, La celebración EN LA CALLE, FRENTE A LA PANADERÍA.
Fundada en 1875, la panadería Lucca está ubicada en Luján, provincia de Buenos Aires. Ángel Lucca, el fundador, era un inmigrante italiano que comenzó a escribir la historia de la empresa familiar que cumple un siglo y medio de vida luego que Ángel diera el puntapié inicial.
“Tenemos una panadería que fluctuó por diferentes crisis, muchísimas situaciones en el mundo y en el país, el Rodrigazo, la hiperinflación con Alfonsín, la crisis del 2001 e innumerables situaciones. Todas ellas se pudieron sobrepasar y sigue abierta, nunca cerró sus puertas”, sintetiza Marcos Scorzato, tataranieto del fundador. Es quien encabeza la firma que ofrece deliciosos productos, para clientes de Luján. Hace un par de años, decidió no incluir mas harinas en su dieta. Sin embargo, su trabajo garantiza que cientos de bonaerenses disfruten en su mesa muchos de los manjares que la Panadería Lucca produce hace 150 años.
Los 100 años de la "pana", fueron sintetizados en esta foto con chicos integrantes de la familia, hoy varios abocados a distintas tareas. ¡Que tiempos!
Desde el inicio hasta 1940, durante 65 años, Lucca vendió casi unicamente pan, y sumaba algo de galletas y tallarines. Recién en las décadas del 40 y 50, aparecieron las primeras facturas. “Existe toda una historia entre los trabajadores de las panaderías de principio del siglo XX, muchas veces anarquistas, y la iglesia católica, las fuerzas de seguridad, que explica por qué algunas de las facturas que comemos tienen esos nombres: cañoncitos, vigilante, suspiro de monja, bolas de fraile. Obedecía a un recurso que los panaderos tenían para faltarle el respeto a las instituciones reguladoras del orden público”, cuenta Marcos al mismo tiempo que menciona a su tatarabuelo, un hombre con ideas socialistas.
El sándwich de miga, una de las joyas, llega recién a finales de los 80 y principios de los 90. “Tiene más de 30 años el triple de miga, pero no deja de ser poquito tiempo”, aclara Marcos, padre de Pedro de cinco años (hace poco nació el segundo hijo). Pedrito parece insinuarse como la generación que vendrá!
Anécdotas mil!
Y para todos los gustos en 150 años, muchas trasladadas por los antepasados de la tan tradicional y entrañable familia lujanense. Como aquella que ratifica la gran trayectoria: Cuando Bartolomé Mitre estuvo detenido en el Cabildo de Luján, desde la Panadería Lucca, por entonces por el precursor Angel Lucca, le llevaba el pan todos los días. En 1874, Nicolás Avellaneda ganó las elecciones presidenciales y el expresidente, Bartolomé Mitre, denunció fraude, no reconoció el resultado y tomó las armas. Cuando cayó derrotado, lo enjuició un tribunal militar que lo condenó y quedó confinado en el Cabildo de Luján.
Scorzato entrevistado por Antonio Laje en su programa diario por A24.
En la cuadra, el sector de producción, los hornos empiezan a cocinar el pan a las 4 de la mañana y no se detiene la labor hasta las 13 horas. Luego se continúa con los panes ingleses y los sándwiches de miga que gozan de gran fama, muy merecida por cierto. Después. el turno de las, también, famosas, facturas de manteca, unos 50 bastones usando casi 100 kg de harina, así todos los días.
EL ORGULLO DE TODOS
“Es una de las mejores panaderías que hay en la zona, por eso mucha gente nos visita, y lo digo por más que trabaje acá, soy fanática de la panadería desde siempre, desde ya para mí y para todos los que trabajamos, es la mejor de todas por los productos, y por cómo se elaboran. Por algo la gente lleva cada vez más”, cuenta con una sonrisa y orgullosa Mariana Yelpo.
50 EMPLEADOS, UNA VERDADERA PYME
Los empleados de la panadería que trabaja los 365 díaas del año. La producción de pan a diario llega a los 300 kg, a su vez 1500 sandwiches triples de miga y facturas para dar respuesta siempre a una gran afluencia de gente, vecinos de Luján y también de otros lugares, público que viene a comprar a diario nuestros productos, que dicho de paso, son de excelente calidad como lo corroboran los clientes y quienes conocen la trayectoria de la “pana” como le decimos nosotros con el enorme cariño que la tenemos”, enfatiza Marcos.
EL FUTURO.
Marcos Scorzato no duda, “la panadería es algo que va a seguir por largos años, uno no tiene la bola de cristal pero siempre veo un escenario en el que nos vamos adaptando a las nuevas circunstancias del país y del mundo. Acá como todos los que vivimos en nuestro tan querido país, hemos superado crisis muy, muy duras y que nos complicaron de verdad. Pero bueno, los argentinos sabemos como pocos, sobreponernos a todo! Nuestro negocio funciona gracias a las mujeres y hombres que aportan lo máximo, la mano de obra para esta panadería artesanal, el esfuerzo, el espíritu y así queremos continuar”.
