EL EXCELENTE TESTIMONIO DEL PERIODISTA JORGE NERI, A PROPÓSITO DEL DÍA DE LA ENFERMERÍA.
El valiente Santiaguito había dejado la tranquilidad de la panza de mamá y ya lo habían maltratado con una operación de intestino. Apenas 24 horas después de nacer empezaba a dar batalla dura en la vida.
Y ahí estuvo, iluminado por una luz incómoda y un tubo que le daba oxígeno, y cables, muchos cables. Además del corazón partido había miedo, y el miedo incluía hacerle una caricia, darle un beso…a un hijo.
Imagino la postura estúpida en que me habré encontrado que ella se me acercó, levantó a Santi de aquella cuna -si se le puede llamar así-, y le estampó un beso sonoro, maternal, seguramente el primer gran beso que recibió de este lado de la vida. Y puso a mi hijo en mis brazos torpes.
Me enseñó que el amor era más fuerte que el miedo. Por ella empecé el festín de besos, sabiendo esquivar cables. Se llamaba Gloria. La volví a ver apenas un par de veces porque trabajaba los fines de semana. Seguro cada uno encontrará su propia Gloria con otros nombres.
Son las que han hecho algo valioso por nuestras vidas y por las de quienes queremos, para curarlas, para calmar dolores, para atenuar tristezas, para salvarnos. Feliz día para todas las enfermeras. Y gracias
Por Jorge Neri (periodista)
Foto portada referencial.