El joven Santiago Solans Portillo, oriundo de Capilla del señor, acusado de haber “truchado” un PCR para volar a la Argentina desde Miami, ha replicado acusaciones.
La nota en el portal Infobae.com:
A un mes de haber viajado a Miami para aplicarse la vacuna que lo hiciera sentirse a salvo de la pesadilla del coronavirus, Santiago Solans Portillo vive hoy sus días envuelto en una batalla legal para revertir la acusación que pesa en contra y que podría llevarlo a una pena de 15 años de prisión. Lo acusan de haber viajado a la Argentina ocultando que era COVID-19 positivo y haber puesto en riesgo a la todos los pasajeros del avión. Pero Portillo se defiende y acusa: sostiene que él mismo informó de su situación en Estados Unidos y que fueron la aerolínea y el personal de Migraciones los que lo dejaron abordar el vuelo que lo trajo de regreso al país. Además reveló y denunció irregularidades en las muestras de PCR que se le tomaron. Hay dos muestras y tres resultados, uno de ellos con datos “falsos”.
Solans Portillo dice que fue víctima de una acusación injusta. En su entorno dudan incluso de que haya efectivamente tenido COVID-19. “El viajó convencido que era un falso positivo, como le dijo el médico que lo contactó”, afirmaron a Infobae allegados al impuf imputado.
Hoy, no obstante, está procesado por propagar una enfermedad “peligrosa y contagiosa” y embargado por $5 millones. Quedó detenido apenas bajó del avión y derivado a uno hotel porteño. En el entorno de Solans Portillo afirman que si efectivamente tuvo covid, como se dijo, fueron las autoridades locales las que pusieron en riesgo a alguien: al conductor del taxi en donde lo metieron para llevarlo al hotel porteño en donde estuvo detenido los primeros días.
Con este escenario, la defensa de Solans Portillo apeló su procesamiento para que la Cámara Federal de La Plata revoque la conclusión a la que llegó el juez de Lomas de Zamora Federico Villena. En el escrito al que accedió Infobae, la defensa no sólo sostuvo la inocencia de su cliente, sino que disparó hacia el personal de Migraciones.
El caso tomó estado público desde el primer momento. Todo ocurrió el 2 de mayo pasado. Ese día la responsable de Migraciones Florencia Carignano reportó la llegada del pasajero con COVID, a través de un tuit. “Se fue a vacunar, sabía que tenía Covid y ocultó información para intentar ingresar al país. Ahora está detenido y la pena podría ser de hasta 15 años. Seamos responsables!”, escribió la funcionaria.
El juez Villena lo procesó al sostener que el joven “tenía pleno conocimiento de su resultado positivo para COVID-19 y pese a ello, abordó el vuelo de regreso a este país, colocando en una situación de peligro o riesgo la salud de la tripulación, pasajeros, empleados de las terminales aéreas en las que operó; ello sin importar el resultado”. Es decir: no importa si contagió a alguno de los pasajeros. Su solo accionar alcanza para configurar el delito. Según destacó, al momento de realizar la Declaración Jurada para el Ingreso al Territorio Nacional, adjuntó el certificado médico expedido por el doctor Saliba y no el PCR positivo.
“De manera alguna puede sostenerse que el imputado sabía que tenía la enfermedad COVID-19, por el contrario no padecía síntoma alguno y un médico le había permitido viajar asegurándole que no padecía la enfermedad por tratarse de un falso positivo. Además, el Sr. Solans Portillo presentó ante las autoridades de la aerolínea el PCR POSITIVO y evacuó sus dudas para poder volar, nunca oculto dicho documento y se aseguró que se le permitiera viajar, sin realizar conducta alguna que pueda tener reproche penal”, afirmó el abogado Hernán Iannello en su apelación.
Según planteó, el joven “cargó en la declaración jurada el permiso de vuelo otorgado por el medico puesto que ese documento es el que le permite volar. No pudo cargar el PCR positivo porque solo se permite cargar UN SOLO documento es por ello que luego de que le llegara el mail de Migraciones, se aseguró de presentar todos los documentos ante la aerolínea (incluido, se reitera el resultado positivo). Es imperioso destacar que la declaración jurada fue con anterioridad a presentarse en el aeropuerto y ni Migraciones ni la aerolínea le comunicaron que no podía viajar”.
La defensa aseguró que el juez, al procesarlo, “parece ignorar que el hecho de abordar un vuelo no depende de la exclusiva voluntad del pasajero, sino del cumplimiento de diversos requisitos migratorios, aduaneros – y en este caso – sanitarios”. “Entre las medidas de prueba ordenadas y todas pendientes de producción, se encuentra el oficio a Migraciones que informen quien controla las declaraciones juradas que se presentan, puesto que alguien da el visto bueno cuando envían el correo electrónico con el formulario completo para abordar el avión”.
El vuelo fue embarcado sin ningún síntoma y con una temperatura menor a los 37 grados, como reportó la aerolínea. “Solans Porillo presentó ante las autoridades de la aerolínea, toda la documentación, incluido el PCR positivo, para asegurarse que podía abordar el avión. Este nunca mintió, ni ocultó documentación, ni decidió unilateralmente abordar un vuelo internacional en un país con una seguridad extrema. El imputado cumplimentó todos los pasos previos de control exigidos sanitariamente y se le permitió viajar, ¿qué conducta dolosa se le puede reprochar al imputado? Quien no solamente actúa en virtud del consejo de un médico, sino que tampoco la autoridad migratoria argentina y la aerolínea le hicieron saber que no podía viajar, ni siquiera puede exigírsele a Portillo que debía albergar la duda a sí podía o no embarcar un vuelo, pues ninguna autoridad de ambos países objetó algo al respecto”.
Bajo esa línea, la defensa afirmó que a su cliente solo le cabía un sobreseimiento o, cuanto máximo, una falta de mérito a la espera de los resultados de las medidas de prueba solicitadas. Entre esos resultados que se aguardaban estaba el PCR, que ahora llegó del Instituto Malbran. Pero el documento generó una nueva presentación de la defensa en formato de impugnación y denuncia. Es que los datos consignados en el documento son erróneos. Desde su nombre y apellido hasta el día que, según se dice, se tomó la muestra en el aeropuerto: fue hisopado el 2 de mayo, pero el informe habla del 4, cuando ya estaba en el hotel detenido.
“El informe acompañado vuelca información falsa, en primer lugar, se tomaron solo dos muestras al imputado es decir dos hisopados nasofaríngeos, ambas en Ezeiza y el día 2 de mayo de 2021. Una de las muestras se utilizó en el laboratorio Labpax para hacer un test rápido de antígenos (que aún no fue acompañado a la causa) mientras que la otra muestra fue supuestamente enviada al Instituto Malbrán para realizar prueba PCR”, señaló. Hubo además un tercer resultado que le llegó al imputado por mail en donde supuestamente el lugar de la muestra era en el Hospital Favaloro de Rafael Castillo, a donde el joven nunca estuvo. “No puede DAR FE DE NADA un informe que consigna datos erróneos en datos personales y datos absolutamente falsos en relación a la colección de muestras y el lugar”, se agregó.
El informe del Malbrán no formó parte del procesamiento que ahora está siendo analizado por la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, pero se reclamó extraer testimonios para investigar la irregularidad como parte de los argumentos para cuestionar el escenario legal en que quedó el empresario.
Foto portada: gentileza Telam