HACE UNOS CUANTOS AÑOS…
Hace unos cuantos años que cada día del amigo comparto un texto maravilloso de Oscar Wilde, en el que proclama TENGO AMIGOS PARA SABER QUIEN SOY..
Nunca, cómo este año, esa frase tuvo tanto sentido.
Porque no siempre soy quien soy, porque a veces ni sé quién soy, porque a veces soy más de lo que soy, y porque a veces no soy.
He tenido amigos que han pasado rápidamente por mi vida, y que sin embargo recuerdo con una sonrisa..
Hay otros con quienes hemos recorrido años y que dejaron un sabor amargo en mi mirada..
Hay amigos con los cuales no necesito estar siempre, porque la confianza no se rompe nunca. Y siempre es, como si hubiésemos hablado ayer.
Tengo amigos con quienes nos decimos te quiero de vez en cuando, aun sabiendo que no tenemos tiempo para más..
Y también hay amigos con los cuales comparto buenos momentos y otros con quienes sólo nos escuchamos llorar en el teléfono.
Por supuesto, amigos que me dan consejos que saben que no voy a seguir, y otros que escuchan mis consejos, aunque sabemos que nunca los van a seguir.
Amigos que me aguantan endemoniada, porque saben que debajo del demonio, sigo estando yo.
Y cuando dejé a un lado un montón de preconceptos, descubrí Amigos, que eran casi los únicos que se habían quedado, cuando más lo necesitaba.
Algunos que saben cómo soy, y que aun así me eligen como amiga..
Tengo amigos con los cuales comparto rarezas, y gustos y placeres… Y que nos reímos de tonterías y compartimos seriedades..
Amigos que me invitan a crecer, y que se meten conmigo en el fango de la melancolía, para salir juntos y fortalecidos.
Amigos de risas, amigos de una copa de vino compartida, amigos de una confesión de madrugada o de una lagrima entre tostadas.
Tengo amigos para saber quien soy dijo Wilde, y yo pienso hoy, en este día del amigo de 2018, a mis 40 y “casi” 10, que SOY PARA TENER AMIGOS QUE ME ACOMPAÑAN A SER YO.
Por María Andrea Nuñez.