LOS PADECIDO HASTA SUS MUERTES POR EL CHICO LUCIO DUPUY Y POR EL JOVEN FERNANDO BAEZ SOSA, HAN CONMOVIDO HASTA EL ESPANTO AL PAÍS.
Más allá de la esencial búsqueda y aplicación de la justicia para los responsables, la sociedad argentina, intenta encontrar explicaciones, razones, a semejantes actos de irracionalidad y desbordes incalificables.
En ese camino, EPOCA consultó a una especialista acerca del caso de Lucio Dupuy, el niño que en La Pampa, encontró la muerte en espantosas circunstancias como es sabido.
Columna opinión
por Dina Nuñez Peula
Referente de INADI en Exaltación de la Cruz (BA)
Psicopedagoga Clínica
R.M. 2763/86
“Hay situaciones que nos interpelan como sociedad, como personas parte de un colectivo social. donde la crianza está siendo devaluada y sometida al escarnio de un deseo compulsivo de hacer daño. De provocar dolor, tomándose el derecho de terminar con la vida del otro, de eso otro, que es parte de nuestra creación.
Las escenas emitidas en los medios de comunicación, nos dejan sin palabras. No hay expresión posible para describir semejante violación a los derechos humanos.
Los cuerpos hablan, dejan huella en la mirada de quien atiende los casos. En cada consulta, en cada Sala de Espera. Esto nos implica a todos desde los códigos deontológicos, y desde una pedagogía anclada a partir de los derechos.
Lo sucedido pone sobre el tapete el destrato que existe hacia las infancias, porque existen cientos de casos, pero cuando uno sale a luz, nos consterna. Entonces, ¿qué más tiene que suceder para accionar desde una justicia voluntaria y libre de corrupción?
Pensar en las infancias, es pensar en términos de ternura, en protección y garantía de derechos; en cuidados con amor, en juegos, en juguetes, en tesoros escondidos en algún bolsillo.
Cada suceso como el que vivimos con el pequeño Lucio Dupuy, nos ubica frente al deber de realizar un cambio radical respecto a los cuidados en la crianza, el verdadero amor que se siente por un hijo no tiene género,
La sangre no define un vínculo y mucho menos el amor”.
