LA NOTA EN CUESTIÓN.
Presentada ante el Concejo Deliberante, debido al escándalo ocurrido a partir del incidente entre los concejales Ariel Herling y Martín Real Salas, (dicha nota ya publicada), a la que adhirieron partidos políticos locales y agrupaciones, dio lugar a una nueva controversia en un año electoral casi ya encendido.
Pablo De Brito, al frente del nuevo nucleamiento político Vecinos Unidos, legalmente conformado, salió al cruce de esas críticas al hablar con este medio. “Agradezco a la Revista EPOCA, por disponer de un espacio de libre opinión para trasladar nuestro pensamiento a los estimados vecinos de Exaltación de la Cruz, con respecto a la nota presentada en el HCD, la cual acompañamos”.
“La intención es clara y sencilla -afirmó De Brito-, si leemos criteriosamente la nota, su objetivo ha sido fue poner un manto de calma a la intolerancia política y personal, que se viene manifestando desde distintos sectores de la política local. Entendemos que es un año de elecciones, donde los intereses personales o sectoriales se manifiestan con el fin de ubicarse en lugares de poder”. “Por ello -siguió diciendo- no debemos dar una imagen de violencia que está lejos de los problemas de la gente que en nuestro espacio político es el tema que más nos preocupa. El HCD se ha colocado como un ámbito de reacciones espasmódicas, oídos y puños apretados, lejos del debate de ideas; es más, hace mucho, mucho tiempo que no veo un debate en el HCD. Sólo son opiniones verticales y reacciones automáticas de votación, de mayorías y minorías presentes“.
Agregó después De Brito, “la lectura de esta presentación apuntó sólo a eso, a calmar las ansiedades y elevar el sentido democrático y de ejemplos que nuestros representantes deben tener”. Y aseguró, “darle otro sentido, como han pretendido hacer algunos personajes que quedaron fuera del espacio que detentaban, confirma la intencionalidad y la falta de respeto al disenso, o a la opinión de vecinos que firmaron la nota en cuestión”.
“Y como una forma de aportar más a la reflexión, elevo la palabra del Raúl Alfonsín, demócrata si los hubo, en la apertura de sesiones del Congreso de la Nación el 1 de mayo de 1984, “la democracia sólo funcionará en plenitud, cuando todos estemos dispuestos a anteponer los intereses de la República a ideas particulares, que resultarían estériles si no se compatibilizaran con las del conjunto de la sociedad. Para ello se requiere del diálogo que presupone la unidad de los dialogantes, y esta unidad exige un amplio espíritu de reconciliación. Sin reconciliación y diálogo aparecerán y se acrecentaron las tendencias a la fragmentación: «Todo reino dividido contra sí mismo es arruinado y las casas caen unas sobre otras”, (la cita del Evangelio que tomó Alfonsín), terminó diciendo Pablo De Brito, presidente de Vecinos Unidos.