ESTIGMATIZACIÓN.

 

es el señalamiento negativo hacia una persona o grupo de ellas con el fin de insultar, ofender, atacar, por el desprecio, prejuicios o estereotipos aprendidos. Es penoso pero también inevitable que el “falopero” caiga en este estereotipo poblacional tan marcado. Es tan penoso como inevitable que el  gordo, la homosexual, el negro, la villera, no escapen de esa señalización directa hacia la persona en particular enmarcada muchas veces en ancestral información y formación intelectual que desde la cultura aparece. Se instala como forma de pensamiento quedando incorporada en plenitud en la población hasta convertirse seguramente en la manera imperante de pensamiento social.

Drogas y delincuencia, de la mano. Marginalidad y delincuencia, de la mano. Marginalidad y drogas, de la mano. Lejos estoy de justificar al delincuente que comete el ilícito estando bajo los efectos de las sustancias (drogas) pero sí invito a hacer una reflexión más amplia de lo que significa el consumo de ellas. En infinidad de casos nos sumergen en situaciones en las que no queremos estar y el estadío emocional se traduce en una sensación de exultancia incontrolable. Claramente conductas exacerbadas.

Hace poco más de dos décadas que la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera a la adicción una enfermedad. Muy poco tiempo más allá de que la proliferación del uso de sustancias (drogas) aumenta y la desinformación aún más. Enfermedad que condiciona y ataca directamente sobre las conductas. Tampoco invito a ver bondadosamente al delincuente desde la mirada de la enfermedad en el caso de que las drogas estén cerca de un hecho delictivo pero sí a desmitificar el corriente dicho de que “seguramente estaban drogados” como corrientemente se expresa o que el adicto tiene la libre elección de serlo al consumir drogas y desarrollar la enfermedad.

Por un lado, la mirada suave del uso recreativo o necesario en el caso de una dolencia determinada, de drogas lícitas o no y por el otro, la condena social o estigmatización del adicto sin tener en cuenta que en ambos casos el consumo es de lo mismo.

Navegamos los diferentes niveles del uso de drogas yendo desde el consumo placentero, pasando por el consumo problemático hasta caer en la adicción y con el difícil retorno desde esta última etapa.

Yo abrazo la teoría de que la enfermedad de la adicción no tiene cura conocida basándome justamente en que no se sabe cuál es el origen más allá de muchas teorías existentes. Válidas sí, pero no certeras.

Hablo sí de la inviabilidad de la cura pero también y de manera determinante y enérgica de la posibilidad de la recuperación. Vivir en Recuperación que lejos se debe entender de estar “recuperado”.

Generar nuevas conductas, incorporarlas y sostenerlas es el gran desafío de la Recuperación. Pedir ayuda es el disparador de la misma, tomar conciencia de enfermedad es otro paso en el proceso. Sostener la Recuperación de un día a la vez la Gran Responsabilidad.

Muchas veces decimos que el consumo de drogas es la punta del iceberg, lo que se ve. El trabajo a realizar es sobre lo no visible. Allí está la estructura emocional de la enfermedad del Adicto. Entrar allí no es fácil y muchas veces doloroso. Allí nos encontramos con nosotros mismos y  descubrimos a alguien que no nos gusta. Lo más trabajoso es sostener esa tarea.

Condición INDISPENSABLE dejar de drogarse. Parar de drogarse. De allí en más, seremos esa maravilla de la Recuperación.

LA RECUPERACIÓN ES POSIBLE, VIVIR SIN DROGAS TAMBIÉN LO ES…DEFINITIVAMENTE.

Por Pablo J. Roca.

(11 3572 4612)

Consejero en Salud Mental especializado en Adicciones.

Acompañante Terapéutico Especializado en Adicciones.

Especialista Par.

Instagram: pablojavierroca/ centro_entre_pares.

 

 

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