MUCHO ANTES DEL RECONOCIMIENTO DE MI PROPIA CARACTERÍSTICA DE ADICTO.

Y determinadas situaciones en las que ya estaban instaladas mis conductas adictivas, sucedió esta historia en mi vida y con el tiempo y desde mi trabajo personal pude reconocer mi condición de adicto.

Lo más contundente fue la rareza de estar en el último verano en una Comunidad Terapéutica con mis compañeros internados allí mismo, en un momento de esparcimiento en la pileta del lugar.

Mientras conversábamos, me preguntaron a qué se debía una cicatriz que tengo en mi “panza”. Les conté que fue producto de una operación que me hicieron de urgencia, luego de un accidente automovilístico en la ruta. Es menester que al riñón lo saquen por una zona lateral del cuerpo, en el caso de ser necesario obvio pero en mi caso lo hicieron de urgencia por delante ya que no sabían que era pero sí, que tenía una importante hemorragia interna. En aquella oportunidad, había ido a la “discoteca” con un amigo y como nos resultó aburrida la noche, decidimos irnos desde Capilla del Señor a Buenos Aires cuando ya habíamos viajado de Los Cardales a Capilla.

Obviamente salimos bien “en pedo” a la ruta, y cuando transitábamos por la 39, mucho antes de llegar a la ruta 8 seguimos de largo con el auto en una curva, con “la suerte” de chocar casi de frente con un auto que transitaba por la mano contraria. Digo suerte porque sin dudas hubiéramos seguido de largo, y en aquella época al terminar la banquina de la ruta, había una muy pronunciada bajada que hubiera provocado el vuelco del auto.

Luis, quien manejaba, sufrió la ruptura de la cabeza del húmero. Enrique quien venía atrás, el único sobrio, milagrosamente salió ileso. Yo, quien llevó la peor parte, sufrí la explosión de mi riñón izquierdo. Nos levantó un tipo (UN CAPO) de Capilla, que venía por la oscura ruta. Y desde el lugar del accidente, al Hospital de Capilla, y desde ahí a Luján donde fuí operado.

Entre la convalecencia en Luján y la recuperación en cama en mi casa, recuerdo que pasaron alrededor de 40 días. Todavía muy encorvado caminaba producto de la operación, cuando una noche, después de un arduo trabajo para convencer a mis viejos, y con la firme promesa de acostarme temprano, volví a salir y OBVIAMENTE lejos de cumplir con mi promesa, en esa primera salida, me volví a poner “en pedo”.

Mil personas por año mueren como consecuencia de conductores alcoholizados. Circular con alcohol en sangre, por mínima que sea la cantidad consumida, aumenta tres veces las posibilidades de causar un siniestro vial. Según el Observatorio Vial Nacional en 2021 un promedio de 10,6 personas murieron en siniestros viales cada día, y en uno de cada 4 casos fatales se detecta alcohol en sangre en alguno de los conductores (Datos de Télam).

Lejos de los casos fatales del consumo directo de sustancias, en los casos de ingesta alcohólica es renuente el deceso del consumidor de manera periférica, por así llamarla. Estoy hablando específicamente de accidentes viales. Obviamente descubrí muchos años después mi problema de alcoholismo y adicción a otras sustancias más tarde, y fueron tantos años más que me llevaron asumir mi condición de adicto más allá de haberla descubierto ya.

Hoy por Hoy, ya no hago diferencia alguna a cerca de las drogas y pongo a TODAS al mismo nivel. El alcohol en especial, droga socialmente asumida desde su corriente uso y desde su legalidad, causa estragos profundos en la población.

Frente a otras sustancias, MUCHAS veces digo que PENSAR QUE EL ALCOHOL ES DIFERENTE A OTRAS DROGAS, HA CAUSADO LA RECAÍDA DE MUCHOS ADICTOS (en proceso de recuperación). DEBEMOS TENER LAS COSAS BIEN CLARAS: EL ALCOHOL ES UNA DROGA. PADECEMOS LA ENFERMEDAD DE LA ADICCIÓN, Y DEBEMOS ABSETERNOS DE TODO TIPO DE DROGAS.

Por Pablo J. Roca.

(11 3572 4612)

Consejero en Salud Mental especializado en Adicciones.

Acompañante Terapéutico Especializado en Adicciones.

Especialista Par.

Instagram: pablojavierroca/ centro_entre_pares.

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