ES JUAN BOCCA.
Por Claudio Pita.
periodista especializado
Diario Popular.
El pibe capillense surgido de Honor y Patria, acaba de consagrarse campeón panamericano de básquet con la selección de mayores, siendo esta, con 18 años, su primera incursión en un equipo nacional no juvenil. Y pasó el examen con creces, ganándose seguramente un lugar en futuras convocatorias de una selección que ha tenido en este 2023, su peor año en los últimos veinte, quedando afuera de un plumazo del Mundial y los Juegos Olímpicos 2024.
No les voy a mentir ni a exagerar (que es una forma de mentir): Bocca no fue la figura del equipo, Más aún; en la final ante Venezuela no anotó y su máxima perfomance fue convertir nueve tantos. Pero en un plantel de treinteañeros experimentados que ganó el torneo invicto y con gran autoridad, el pibe jugó con una madurez y una personalidad que desmienten su DNI. Tanto, que el técnico le confió la titularidad en todos los partidos. Algo que en básquet no es decisivo (lo importante no es quien empieza el partido, sino quien lo termina), pero que marca un indicio claro a futuro
¿De qué juega Juan? Perdón si soy básico para los que saben de básquet, pero trato de escribir para los que tienen pocas nociones de este deporte, Bocca juega de “escolta”, ya que precisamente escolta al armador de juego en el inicio de las jugadas. Pero pese a ser “el segundo petiso” de los 5 iniciales, no es nada petiso, ya que anda por el 1,98, una muy buena altura para su puesto.
Y su especialidad es algo infrecuente el básquet argentino y algo muy codiciado a nivel mundial. Él es un shooter, un tirador nato de tres puntos que anda por la cancha escondido en los rincones, sin participar mucho de juego con su carita de “yo no fui”, pero tiene una técnica impresionante para ejecutar de 3 puntos estilo “café instantáneo”; recibe y en un santiamén, arma el tiro. Desde las épocas lejanas de Juan Espil, Argentina no tiene un jugador de esas características.
Lo vengo siguiendo desde las selecciones sub 15 y desde entonces le advertí a ese amigazo del periodismo y de la vida que es Carlitos Saavedra sobre este chico. Con un aditamento muy raro; pese a ser un goleador, Bocca es cero egoísta y sobre todo, es un excelente defensor. ¿Lo llevo al terreno futbolístico? Es como si Batistuta, Palermo o Julián Álvarez supieran marcar.
¿Qué le falta? Mucho. Con 18 años su físico aún no está formado y es todavía muy flaquito. Eso le dificulta enormemente una faceta clave del juego, como es mandarse entre los grandotes. Difícilmente anote por esa vía porque rebota indefectiblemente ante los mastodontes, que lo bloquean sin hacerle foul. Pero la musculatura en piernas y tronco superior las conseguirá sin problemas, solo con trabajo  físico: lo difícil es tener a los 18 años ese talento y personalidad que el pibe ya trae de cuna.
Bocca integra el plantel del Obradoiro, un equipo de la Liga Española, ACB (la más competitiva del mundo fuera de la NBA), en un equipo cuya meta es salvarse del descenso. Todavía no ha debutado y seria poco factible que lo hiciera este año, porque esas instancias se juegan con gente experimentada.
Pero es cuestión de tiempo. Si no pasa nada raro (sin ser sabiondo ni futurólogo) me atrevería a decirles que Juan va a ser un jugador ACB, y de la selección argentina de mayores por mucho tiempo, participando de un proceso de reconstrucción de esta última que, a fuerza de la aparición de otros jóvenes con talento, yo veo exitoso,

Capillenses; tienen a un futuro crack.

Ojalá no me equivoque.

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