GRAN EXPECTATIVA.
Ante la apertura de los mercados, toda la atención estaba puesta en la cotización del dólar oficial, que el viernes previo al balotaje cerró en $354. Esta paridad quedó completamente atrasada en términos reales, y con una brecha del 160% respecto de las últimas operaciones del contado con liqui.
Para tener una idea, descontando la inflación transcurrida, el dólar de $350 de mediados de agosto, después de la devaluación post PASO, equivaldría a unos $500. ¿Aplicaría el Gobierno una nueva devaluación?
Se ponía en marcha (21-11) un nuevo dólar exportador (50% al contado con liqui y 50% al oficial), que a precios actuales equivalía a unos $615. Y hay que tener en consideración que se mantenía el crawling peg que ya se dio por iniciado la semana pasada.
Lo que restaba conocer era si el Banco Central aceleraba la suba del dólar diaria.
Está claro que lo que viene en la Argentina es la devaluación más anticipada de la historia. Milei ya explicitó que buscará un tipo de cambio más competitivo, una rápida salida del cepo y, llegado el momento, una dolarización.
El puente al 10 de diciembre
Un dato: entre la noche del domingo y durante la mañana del lunes (20-11), algunos funcionarios de Massa atendieron a financistas de Wall Street, interesados en saber sobre la transición hasta la asunción de Milei.
Lo que en otros países sería el corto plazo, en Argentina, es el largo.
Desde el equipo del ministro dejaron trascender que las medidas aplicadas serán las que decidan desde el círculo de presidente electo. “Si quiere que devaluemos, lo haremos”, dijeron desde el elenco hoy oficialista a los financistas que consultaron.
Así surgió el nuevo 50%-50% que arrancaba (21-11), que seguiría hasta fin de año, y que tendrá impacto en los precios. De hecho, la aplicación del anterior “dólar exportador” redundó en una aceleración de la inflación de los alimentos.
De acuerdo a la consultora de Orlando Ferreres, la medición dio un 10,2% desde inicios del mes. Se encamina a un nivel récord, aun cuando de por medio no haya habido un salto del tipo de cambio.
Milei pone primera
El presidente electo quiere que el Gobierno actual se haga cargo de la crisis, y aplicar medidas recién a partir del 10 de diciembre.
En cada declaración y en los comunicados de La Libertad Avanza, Milei deja en claro que la situación es “crítica”. Una estrategia bien diferente de la de Macri en 2015, cuando -aconsejado por Marcos Peña- no había transparentado la situación económica. Además, tenía un diagnóstico distinto (y errado) de que la salida del cepo no tendría impacto en los precios.
El jefe libertario pretende salir del cepo una vez que asuma el poder. Y con un plan económico que dé garantías de que no habrá una espiralización.
“No quiere tirarse a la pileta sin que haya agua”, resume un asesor del próximo Presidente.
Lo que antes, durante la campaña, Milei agitaba como un camino seguro hacia la hiperinflación, ahora es lo que intenta evitar. Una híper licuaría al peso pero muy probablemente también el respaldo político ganado el domingo en las urnas.
“A una híper sabés cuándo entrás pero no sabés cuándo salís. Nuestras experiencias son clave. Menem creyó que podría domar la hiperinflación de Alfonsín pero necesitó casi dos años para sacar la economía adelante”, agrega el asesor consultado por iProfesional.
Medidas en la mira
En sus primeras declaraciones como presidente electo, Milei aseguró que las Leliqs son su prioridad. La solución, piensa, es la base para evitar una hiperinflación.
No dio detalles sobre la estrategia para lograrlo, pero dejó entrever que podría conseguir financiamiento para hacerlo. Milei había dejado trascender -tal cual lo publicó en su momento iProfesional- que mantendría en sus cargos a algunos de los funcionarios más relevantes del equipo de Massa.
Empezando por Leonardo Madcur, el actual jefe de asesores de Economía. Milei y Madcur se conocen bien, e incluso Madcur fue muy elogiado por el presidente electo en repetidas oportunidades. En su primer discurso como presidente electo, en la noche del domingo, Milei enfatizó que “no hay margen para hacer gradualismo ni para la tibieza. La situación económica es crítica”.
La promesa de un fuerte ajuste de las cuentas públicas es la base del festejo en Wall Street.
Ahora llega el momento de empezar a desplegar la Argentina que viene.