ASÍ ESTAMOS.

Una muestra más, triste, patética, lamentable, de la disgregación educacional, cultural y social a la que se ha llegado en la Argentina.

Es obvio que cada argentino tiene derecho a votar por quien entienda que mejor lo representará por cuatro u ocho años. Lo que resulta censurable es que, una vez convertido en presidente el candidato votado o no por cualquier ciudadano, merece el mayor respeto porque se trata del presidente de todos más allá de ideologías, pareceres o incluso errores en los que incurriera.

Así debe ocurrir en ese país en serio que millones de argentinos anhelan. Coty Garrone, designada como abanderada de la delegación de la Argentina a los Juegos Olímpicos en París, Francia, no es precisamente un ejemplo del sentir de tantos compatriotas

 

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