LAS DURAS REFLEXIONES DEL CONCEJAL MARTIN FAURE, ACERCA DE LA RECIENTE SESIÓN.
“Fue una sesión caliente la del pasado martes en el Concejo Deliberante, donde vecinos y vecinas preocupados por la salud en los barrios San José y Esperanza participaron de la presentación de proyectos relacionados con la regulación de agroquímicos.
Es real y necesario ocuparse de estas cuestiones que tienen que ver con la salud pública en nuestro distrito, más cuando el índice de enfermedades es notablemente mayor dada la población de esos barrios de Exaltación.
Ninguno de los que conformamos esta comunidad puede relativizar está cuestión, ni ninguno de los miembros este Cuerpo Deliberativo va a desconocer esta problemática genuina y actuar para conocer sus causas. Y lo digo para que entiendan los militantes de la mentira que quieren instalar. NINGUNO de los que estábamos allí mira para otro lado ante estos temas.
Pero lo que ocurrió está lejos de ser un interés genuino cuando pretende ser llevado a la contienda electoral por un grupo político desesperado por atraer esos temas, con una mirada mezquina de cara a las próximas elecciones.
Porque frente a la imposibilidad de establecer algún diálogo entre los miembros del Cuerpo se optó a la estrategia de proponer el tratamiento de un proyecto a los empujones, de la forma soberbia e irresponsable a la que nos tiene acostumbrados la concejal Andrea Melo, que cree que el rédito político es el único objetivo a obtener, tal como lo expresaban algunos vecinos que pedían que desistiera de su actitud. Porque el trabajo legislativo enriquece, promueve miradas orientadas al bien común, muy lejos de la mezquindad de sectores obsesionados y desesperados ante un proceso electoral cuyos resultados son inevitables.
Y lo digo como vecino de siempre de estos pagos. Porque toda mi vida he caminado los rincones de Exaltación con el interés puesto en dar una mano a quien más lo necesita, tratando de promover ideas que construyan una Exaltación mejor, con desarrollo, generación de empleo, oportunidades para los jóvenes, mayores niveles de igualdad para todos, dejando de lado el agravio como herramienta y la soberbia como costumbre al momento de construir algo distinto.
El martes (11-6) nos llamaron “asesinos”, “genocidas”, cómplices de no sé qué cosa, desconociendo, por ignorancia o maldad, la historia y los pasos dados todo este tiempo de quien se mete en política para transformar.
Impunemente (tal como se observa en el video) sufrimos aprietes de un sector que quería llevar el reclamo y la preocupación genuina a un terreno sucio, embarrado de malas intenciones, que en última instancia desvirtuaron el pedido de los vecinos y vecinas. Pero no eran todos, ya que se oían veces en el recinto que le pedían a la concejal y su grupo que desistan de su actitud frente a la posibilidad de no poder tratar el proyecto en comisión parlamentaria. Pero pudo más la chicana de la mala política y la desesperación que el reclamo, acompañado en su contenido pero que chocaba con la prepotencia y soberbia de quién lo presentaba.
De más está decir que formo parte del Partido Justicialista desde que nací, cuyas convicciones me formaron, no sólo para la política sino también como forma de vida. De más está decir que las publicaciones que me vinculan al partido vecinal Defensa Comunal tienen el sólo objetivo de disputar los símbolos que están perdiendo, que saben que van a perder por la manera en que plantean la lucha. Porque las convicciones y lo hecho no desaparecen con publicaciones pagadas ni con manipulaciones mentirosas de la opinión pública. Pero son zonceras como decía el gran Jauretche , que se caen por su propio peso y por el peso de la verdad. Y se nota mucho.
Doy clases, camino por las calles de mi pueblo, saludo como siempre, respeto a quien piense distinto, y eso no me hace mejor. Nos hacemos mejores y más valiosos para el de al lado cuando creemos en la política como herramienta para la felicidad de nuestros semejantes.
Quien no lo vea así y la use como forma de instalar más mentiras que se dedique a otra cosa, pero no a esto. Y a seguir poniendo el cuerpo, que hay mucho por hacer”.