SE TRATA DE CUIDAR SIEMPRE LA SALUD DE NUESTROS CHICOS.
“La pregunta inicial la escucho seguido en mi consultorio, y la respuesta es que el PRIMER CONTROL VISUAL DEL NIÑO SE DEBE HACER CUANDO NACE.
Al nacer, la vía óptica no está completamente madura, por lo que los primeros meses de vida son de fundamental importancia para tener una buena visión y binocularidad (capacidad de integrar las imágenes de cada ojo para formar una sola). El ojo de un niño que no “aprende” a ver desde chico, con seguridad va a tener trastornos visuales irreversibles en la adultez.
El interrogatorio inicial es esencial para sospechar ciertas patologías. Antecedentes familiares, antecedentes del embarazo, estado de salud de la madre durante el embarazo, semanas de gestación, peso al nacer, administración de oxígeno o tratamiento para ictericia (lámpara de fototerapia). Asimismo evaluar la actitud visual, el reflejo rojo, el reflejo corneal y el fondo de ojos con la pupila dilatada es imprescindible para todo niño. Vale aclarar que la vascularización de la retina se completa en el noveno mes de embarazo, por lo que la función retinal no está madura en el niño que nace prematuro.
A los seis meses los niños ya deben tener una correcta alineación ocular que se detecta por el reflejo rojo, de los movimientos oculares conservados y una correcta fijación y seguimiento de la mirada. El fondo de ojos se repite para descartar alteraciones intraoculares del desarrollo visual.
Numerosas patologías pueden interferir en un correcto desarrollo de la visión: errores refractivos, estrabismos, nistagmo que son movimientos anormales de los ojos, alteraciones corneales, catarata congénita, retinopatía del prematuro, alteraciones de la presión ocular, alteraciones del nervio óptico, tumores, entre otras. Un control oftalmológico realizado a tiempo, da la oportunidad de revertir gran parte de dichos trastornos”.
Por Dra Natalia Carlucci (médica oftalmóloga. MN 121.261). Whatsapp 11-6376-1721