“¿Cómo te atreves a mostrar tu cuerpo ARRUGADO en bikini?

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MI NUERA SE RÍO DE MÍ POR HABER PUBLICADO UNA FOTO DE MI “CUERPO ARRUGADO” EN BIKINI – Y LE ENSEÑÉ UNA LECCIÓN
Hace una semana, mi marido y yo, ambos de más de 60 años, regresamos de unas tan esperadas vacaciones, nuestra primera escapada en pareja desde que nos convertimos en abuelos. Esas vacaciones reavivaron nuestro amor: despertábamos a las 7 en lugar de a las 5, disfrutábamos de mariscos frescos y caminábamos durante horas por la playa.
Un día, mientras nos deteníamos para compartir un tierno beso, una joven se acercó y nos mostró la foto que había tomado. Me emocioné hasta las lágrimas con ese instante tan especial.
Al volver a casa, decidí compartir la foto en mi página de Facebook para celebrar esos momentos. Para mi sorpresa, mi nora dejó el siguiente comentario:
“¿Cómo te atreves a mostrar tu cuerpo ARRUGADO en bikini?! Y besarte con tu marido a esa edad es simplemente repulsivo.”
No pude creer lo que leía. Inmediatamente hice una captura de pantalla, pero en cuestión de segundos el comentario desapareció, como si lo hubiera enviado en privado. Claramente, quería compartir ese comentario de forma oculta. Fue entonces cuando decidí que debía enseñarle una lección.
Con determinación, planifiqué mi respuesta. Sabía que las verdaderas lecciones se dan mostrando fortaleza y autenticidad. Así que, en el siguiente asado familiar, cuando todos estaban reunidos y el ambiente se llenó de risas y buenos momentos, aproveché la ocasión para hablar:
“Queridos, quiero compartir con ustedes un recuerdo muy especial de nuestras vacaciones. Esta foto simboliza que el amor y la felicidad no se miden por la perfección, sino por cada risa, cada arruga y cada experiencia vivida. Nuestro cuerpo cuenta la historia de una vida plena, y cada marca es un trofeo de ese amor.”
Al mostrar la foto y mencionar la captura de pantalla del comentario, hice que todos reflexionaran. El ambiente se volvió silencioso y, al final, mi nuera se acercó con la mirada baja y, con voz temblorosa, se disculpó por su comentario cruel.
Con una sonrisa serena, le respondí:
“Cada arruga es un recuerdo, cada línea una historia. Espero que algún día veas en ti misma la belleza de una vida vivida con amor y coraje.”
Esa experiencia me enseñó que la verdadera fortaleza reside en aceptar cada etapa de la vida con orgullo y que, al final, el amor y la autenticidad siempre prevalecen sobre la crítica infundada.
Marisa Cera
(su experiencia de vida volcada en Facebook)

 

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