A 75 AÑOS. LA ESTREDORA NOTA PUBLICADA POR LARAZON.ES.
El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas liberaron Auschwitz, el aterrador campo de concentración en Polonia. Lo que encontraron superó cualquier idea del horror.
La primera impresión
Ellos fueron los individuos que encontraron Anatoly Shapiro y sus hombres. Lo primero que sintieron al aproximarse a Auschwitz fue un fuerte olor, un hedor tan grande que muchos combatientes solicitaban a sus mandos que los relevaran de sus funciones. Pero Shapiro se mantuvo firme y prosiguió con su misión. Lo que abrieron entonces, justo después, no fue un centro para confinamientos o juntar reclusos, sino las puertas del infierno. A su paso veían cientos de ropas andrajosas esparcidas por el suelo, individuos reducidos a esqueletos, niños que huían de ellos. Los soviéticos intentaron hablar con los supervivientes, que les explicaran algo, pero apenas fueron incapaces de responder a sus preguntas o decir algo. Solo eran piel y hueso, individuos reducidos a la luz de unas miradas extenuadas, la mayoría de ellos enfermos o a puntos de morir.
Los alemanes habían destruido las cámaras de gas, pero las pruebas de lo que habían hecho asomaban por todas partes: miles de gafas, maletas, montones de pelo humano y cientos de latas, usadas o no, de Zyklon B, que se empleó para gasear a miles de inocentes. Los cadáveres se quemaban y los huesos que no quedaban carbonizados se machacaban. Las cenizas se arrojaban a dos lagunas de las inmediaciones o al río Vístula. Todavía hoy, pueden verse cenizas humanas en los crematorios y las parrillas. Los rusos, incrédulos, accedieron al barracón donde se habían realizado los experimentos médicos, cerca del pabellón dedicado a las mujeres, donde precisamente vieron docenas de muertos y una suciedad indescriptible que se mezclaba con heces y restos humanos. Los soviéticos comprendieron en qué consistía Auschwitz. Sus intentos de alimentar a los internos resultaron en vano, porque la comida agravaba su estado. Ese día la historia descubría en qué había consistido en realidad el Tercer Reich.