HACE POCO.
En ocasión de un nuevo festejo por el aniversario de los Bomberos Voluntarios de Capilla del Señor, tuvo lugar el tradicional y concurrido almuerzo en la sede de la ciudad; una muestra más del apoyo y respaldo de la comunidad hacia los bomberos capillenses en este caso, como también puede percibirse en los casos de los Bomberos de Cardales y Parada Robles.
La siempre emotiva reunión dio pie a que la concejal Graciela Venturino (Cambiemos), posteara en su cuenta personal de la red social Facebook, sus fuertes sensaciones surgidas a propósito de lo vivido en la fiesta de los Bomberos. Por lo mencionado, en EPOCA creímos que valía la pena reproducir lo reflejado por la concejal. Sensaciones sin tiempos. Fijate.
LA GRIETA…
“He vivido toda la vida en Cardales y crecí oyendo historias, dimes y diretes sobre las idas y vueltas de la “grieta” entre Capilla y Cardales…
Cuando llegué al cargo de concejal, conocía apenas una veintena de capilleros por su nombre y apellido. En estos casi tres años he conocido a muchos, y de todos siempre he recibido una sonrisa, un gesto cordial, un “buenos días” sincero de parte de cualquier vecino al pasar por su vereda.
En mi primer almuerzo por un nuevo aniversario de los Bomberos de Capilla, puedo decir que me sentí en “casa”. Yo no sé cuál haya sido el origen de aquellas historias de peleas, si fueron tales o es sólo si se ha tratado de otro mito urbano. Lo que tengo por seguro, que a pesar de las cosas que nos diferencian como resulta natural, tenemos mucho, mucho que nos une. En Capilla tienen a La Fusta y nosotros en Cardales lo de Di Yorio; ustedes la plaza y nosotros, el escenario; ustedes la historia y nosotros estamos construyendo la nuestra…
Pero hay algo que es de todos, de ustedes, de nosotros, de Parada Robles, de Pavón, de Diego Gaynor y es la gente, nosotros. Somos un pueblo de buenas raíces, rico en solidaridad y trabajo por la comunidad. Contamos con buenos vecinos que se unen para ayudar, participan en cooperadoras, Leones, Rotary, Cáritas, la Fogata de San Juan, la exposición de los Autos Clásicos, clubes, el tan importante Pequeño Hogar Exaltación. Y el resultado se nota, no sólo en las obras, sino en las caras felices de quienes donan su tiempo para ayudar a otro.
El almuerzo en los Bomberos de Capilla, compartido con amigos, me llenó de alegría… La política tiene muchos sinsabores, injusticias que duelen, es mucho lo que uno sueña hacer y es poco lo que logra concretar. En un año cuando deje mi banca en el Concejo Deliberante, me voy a llevar lo más valioso, y que es toda la gente que he conocido…
¡Vaya que no tenía idea lo grande que era el premio!”.