Netflix ya nos tiene acostumbrados a sus fenómenos fugaces, esos que devoramos cada semana en los primeros días de su lanzamiento pero desaparecen tan rápido como llegaron. Sin embargo, en septiembre ha aparecido un fenómeno diferente: una película que ha logrado superar las dos semanas entre lo más visto de la plataforma. Hablamos de El dilema de las redes, un documental que ha conseguido que más de uno mire con sospecha el teléfono móvil.
¿Eres de los que lleva varios días viendo el título destacado en el ranking de la plataforma pero todavía no lo viste? ¿O te da rabia quedarte fuera de la conversación viral mientras otros comentan en redes? Pues entonces sigue leyendo y descubre a qué se debe tanto alboroto, y quizás te convences de dedicarle la hora y media que requiere su visionado.
Así como es muy probable que más de un suscriptor de Netflix mordiera el anzuelo de La Línea: la sombra del narco dejándose llevar por el uso de la palabra “narco” en el título de esta miniserie, a mí me ha sucedido lo mismo con El dilema de las redes (The Social Dilemma). Y es que todos aquellos que sientan que están enganchados a las redes sociales deberían darle al play de este nuevo documental del servicio streaming que alerta del peligro de estas herramientas digitales dispuestas a cualquier cosa a cambio de nuestro tiempo y nuestros datos.
Si bien cuando devores El dilema de las redes puede que mires a tu smartphone con cierta desconfianza o incluso te plantees si haces un buen uso de la tecnología, no hay que dejar de recomendar este nuevo documental que en el momento de escribir este artículo se encuentra en la octava posición de los diez títulos más populares de la plataforma en España (el tercero en el ranking de películas). La cita “nada grande acontece en la vida de los mortales sin una maldición” de Sófocles al inicio del mismo ya es una auténtica declaración de intenciones de lo que se nos ofrece a continuación.
Y es que este documental plantea un interesante debate sobre el poder de las redes sociales donde más que clientes somos los productos de un enorme experimento de marketing como dice Aza Raskin, exempleado de Firefox y Mozilla Labs. Es decir, una suerte de conejillos de indias. Porque, a pesar de que inicialmente trataron de convencernos de que estas herramientas marcaban un nuevo espacio público para la opinión y el encuentro, este título profundiza en el verdadero objetivo de las empresas que, ya adelanto, iría muchísimo más allá de desplegarnos publicidad personalizada.
Este imperdible documental dirigido por Jeff Orlowski (cineasta que cuenta con dos Premios Emmy por Chasing Ice y Chasing Coral, dos producciones sobre el impacto medioambiental) nos mantiene pegados a la pantalla precisamente porque pone al descubierto una adicción a las redes sociales que está trastocando a la humanidad. En base a esto aborda el impacto que estas estructuras sociales están teniendo desde que comenzó la escalada tecnológica (potenciada en las últimas décadas) hasta la actualidad, ahondando en la compleja situación que estamos viviendo a nivel mundial donde cada click, cada me gusta y cada búsqueda online cuenta. Y mucho.
Si hay algo reprocharle a El dilema de las redes, el fenómeno documental del momento, es su parte dramatizada porque contribuye a configurar un relato un tanto apocalíptico. El montaje funcionaría mejor sin esta historia familiar repleta de clichés que, no obstante, tiene su propósito ya que muestra en acción lo que presentan los testimoniados. Y es que este título (con guion de Davis Coombe, Vickie Curtis y el propio Jeff Orlowski) es un documental de testimonios principalmente que cuenta con diversos exempleados de alto rango y fundadores de grandes empresas tecnológicas, que cuestionan las herramientas que ellos mismos sacaron adelante, y académicos que evidencian la cuerda floja en la que se encuentra la humanidad.
Jeff Seibert, exejecutivo de Twitter, es uno de los que alzan la voz y nos advierte de que todo lo que hacemos en Internet “se mira, se rastrea y se mide. Cada cosa que hacéis se controla cuidadosamente y se graba. Exactamente en qué imagen te paras a mirar, durante cuánto tiempo la miras. Sí, en serio. Durante cuánto tiempo”.
Los datos que presenta este documental son abrumadores, incidiendo en el incremento de adolescentes con depresión y el aumento en la tasa de suicidios en este mismo rango de edad desde 2010 a esta parte. “Ha habido un aumento increíble en la depresión y en la ansiedad entre las adolescentes estadounidenses que empezó entre 2011 y 2013”, aventura el psicólogo social Jonathan Haidt.
Y es que esta propuesta no solo plantea si los más jóvenes están haciendo un buen uso de la tecnología sino que directamente alerta del peligro de uso de las redes sociales en las nuevas generaciones porque desde sus primeros años de vida estas herramientas ya forman indiscutiblemente parte de su día a día. Para que nos entendamos: hay un montón de menores de edad dependientes de estas plataformas y no podemos mirar hacia otro lado respecto a la manera en que impactan en su conducta y cómo les quitan cada vez más tiempo.
Como ves, El dilema de las redes es un documental con mucho fondo que deja un montón de temas sobre la mesa para que analicemos nuestro propio consumo de redes sociales. En este sentido, se abre también un melón sobre si dichas estructuras sociales están favoreciendo la polarización política. Nos encontramos ante un asunto de pleno debate con una actualidad marcada por las fake news y su rapidez de propagación, con una masa de internautas olvidando la importancia de contrastar siempre la información que llega.
El dilema de las redes es un documental que vale la pena porque en sus 94 minutos de duración no se queda en la superficie de que las redes sociales han cambiado a la humanidad y que han conectado el mundo (sirviendo para reencontrar familias o para la recaudación de fondos de múltiples causas humanitarias) sino que invita a reflexionar sobre los verdaderos peligros de la tecnología. Por tanto, ahora tengo conocimiento de causa de por qué ha levantado ampollas en la red desde que fuera estrenado en Netflix el pasado 9 de septiembre y comprendo que se haya convertido en una de las producciones más vistas del momento en nuestro país. Y es que esta propuesta nos ayuda a abrir nuestra mente haciéndonos pensar en el poder que tienen Facebook, Twitter, Instagram o TikTok sobre nuestra propia vida.
Así que, si todavía no has visto El dilema de las redes, te animo a que eches un vistazo a este título que aborda los puntos más oscuros de las redes sociales (y las amenazas que estas herramientas representan) aunque sea simplemente para que saques tus propias conclusiones.
Foto portada: Netflix.