FINALIZABA. El año 1980 y llegaba a Capilla Del Señor con mi título de MAESTRO bajo el brazo y muchas expectativas, ilusiones y el deseo enorme de “trabajar” para lo que me había formado.
Es así que en 1981 me comunican que existía una suplencia en la Escuela n° 4 de Parada Robles, y allí me dirigí con mi traje de egresado y mi portafolios. Me recibieron de una manera maravillosa, aún hoy lo recuerdo con gratitud.
Allí estuve casi 14 años desempeñándome como maestro de grado, y por un lapso de tres años también fuí vicedirector. En esa escuela se forjó mi vocación y pasión por el aula y el trabajo con los chicos. En ello influyeron muchos colegas, directores, maestros de grado, inspectores entre otros.
En el año 1997 un desafío se presenta en mi vida docente. Me ofrecen hacerme cargo de la Dirección del Colegio Del Sol, institución que ante el inminente cierre fue adquirida por la Asociación José Manuel Estrada. Me resultó una difícil decisión, dejar la escuela que me cobijó durante muchos años y sentó en mí una impronta imborrable . Me “costó” dos meses decidirme, ya que sólo contaba con la experiencia del trabajo en una escuela rural, y la formación académica de mi querida Escuela Juan Bautista Alberdi en mi provincia natal, Entre Ríos.
El 10 de junio de 1997 me decido, y me hago cargo de la Dirección del Colegio Del Sol. Allí comienza una historia de 21 años de arduo trabajo. Adaptarme a una nueva comunidad siendo desconocido para muchos, a un nuevo ámbito, a nuevos compañeros, iniciarme en una función desconocida; en síntesis todo un gran desafío… por el que gestionar se constituyó en una palabra clave.
21 años de construcción permanente, con una meta clara… crecer y darle formato a una institución educativa, nueva para el pueblo diría, y además de gestión privada, vaya si había tarea por realizar. Así lo encaré junto a mis “nuevos” compañeros, quienes me recibieron con muchas expectativas, y fueron claves en esa etapa.
21 años que no estuvieron exentos de dificultades de todo tipo, lógicas de un colegio en crecimiento y de una gestión que se tenía que ir construyendo día a día. Allí estuvieron mis colegas docentes comprometidos, trabajando a la par, codo a codo, creyendo que podíamos hacer muchas cosas juntos, para darle forma y hacer crecer al colegio.
Cientos de anécdotas y acciones se me cruzan en la mente…arreglar, pintar, adecuar espacios, cobrar cuotas, conseguir matrícula, configurar principios educativos, elaborar un proyecto institucional,etc. Y es ahí cuando uno se da cuenta que el trabajo en equipo es fundamental, proponiendo ideas claras y proyectos significativos, contando con el apoyo incondicional de maestros, profesores, auxiliares, familias, la Asociación y representantes legales e inspectores, todos apoyando las iniciativas, con un compromiso digno de elogio y vital para poder consolidar la institución.
Alguien diría “todos con la camiseta del colegio puesta”, trabajando en equipo, convencidos , dando y obteniendo lo mejor de cada uno, y esencialmente centrando la acción en los chicos, Creo, humildemente, que es la forma de trabajo que debe caracterizar toda gestión educativa, cualquiera sea el ámbito.
Ahora le estoy diciendo adiós a la docencia…, y sentimientos ambivalentes me impactan. Tristeza al dejar de hacer lo que me apasiona y marcó mi vida por 35 años por un lado, y por otro hacerlo con la tranquilidad de haber dado todo cuanto pude, no sé si mucho o poco, en pos de lograr el objetivo claro de dejar un colegio funcionando, consolidado en la oferta educativa del distrito, con una identidad y con mucho horizonte para seguir creciendo. Creo haber cumplido.
Me retiro con una enorme gratitud, he tenido defectos y virtudes, he vivido y desarrollado apasionadamente mi profesión de Maestro, siempre procurando dar lo mejor de mí.
Por todo lo que acabo de reflejar, digo esto que me sale del alma:
GRACIAS A MI QUERIDA ESCUELA ALBERDI, A LA ESCUELA 4 DE PARADA ROBLES, A MI QUERIDO COLEGIO DEL SOL. A TODOS LOS COLEGAS QUE ME HAN ACOMPAÑADO A LO LARGO DE MI CARRERA, A LA ASOCIACIÓN ESTRADA Y REPRESENTANTES LEGALES QUE CONFIARON EN MÍ, A LOS INSPECTORES, A LAS FAMILIAS DEL COLEGIO, A LOS CHICOS, RAZÓN DE NUESTRA PROFESION Y QUIERO HACER UN PÁRRAFO APARTE: QUIERO DECIRLE GRACIAS A MI ESPOSA Y A MI FAMILIA POR APOYARME SIEMPRE, Y “ENTENDER” QUE SER UN MAESTRO DE ESCUELA FUE, ES Y SEGUIRÁ SIENDO, AÚN EN EL RETIRO, LA PASIÓN QUE MARCÓ MI VIDA. ETERNAMENTE GRACIAS A TODOS!