EL BASQUET Y LA VIDA.
Sebastián Gaspé es entrenador de básquet desde hace 19 años en forma ininterrumpida. Desde su Coronel Suárez natal, supo recorrer distintos del país despeñándose y compartiendo su gran pasión, el básquet, hasta que recaló y se afincó en Capilla del Señor, casado con la psicóloga Paloma Saavedra formó una familia y tienen tres hijos, Máxima, Victoria y Lazaro. Con ellos también comparte su pasión por el básquet.
Gaspé ha dirigido en los clubes Quilmes de Tres Arroyos, Independiente de Zárate, nuestro Honor y Patria de Capilla del Señor, y actualmente ha comenzado su temporada número 10 como entrenador del Club Náutico de Zárate, una de las entidades deportivas y sociales más importantes de la región
Se formó y estudió Educación Física en Olavarria, luego el curso de técnico de básquet lo llevó a cabo en Mar del Plata. “Más adelante –cuenta Gaspé- participé durante 5 años como staff en el nivel 3 de la ENEBA (Escuela Nacional de Entrenadores de Básquet), hasta que surgió la pandemia. En el presente soy tutor de los niveles 1 y 2, que se dan de manera presencial para Zárate y la región, soy un agradecido, nunca me faltó trabajo y siempre tuve la posibilidad de elegir”.
-En que consistió la etapa de preparación en La Rioja del plantel de la preselección dub 18 de básquet, ¿cuales fueron los objetivos?
-La prioridad de la concentración fue el trabajo individual con los jugadores;, no estuvo enfocado a la preparación del equipo en sí mismo. Se le dio mucha relevancia al entrenamiento invisible, a la generación y aprendizaje de hábitos de alto rendimiento, como por ejemplo la alimentación, el descanso y la lectura para abordar de manera integral la formación del jugador. Además sirvió para complementar la concentración que se realizó previamente en la ciudad de Saladas, Corrientes, donde se observaron a 25 jugadores. Esos sumados a los32 que estuvieron presentes en La Rioja, entre los que estuvo Bocca, el pibe de Capilla quien ahora está jugando en España, otorgaron un amplio margen para armar la preselección de 18, de los cuales quedarán 12 jugadores para afrontar el próximo Sudamericano en Caracas, Venezuela.
-¿Cómo se dio su designación para formar parte del equipo técnico que lideró la preparación en La Rioja?
–La verdad en cierta forma, fue una sorpresa y todo se dio muy rápido. Hernán Mandole me convocó en diciembre del año pasado, para realizar el rastrillaje, como se denomina al trabajo, en la provincia de Buenos Aires, en búsqueda de nuevos talentos. Ell objetivo es armar campamentos como el de La Rioja. Los primeros días de febrero, me consultó si podía estar en La aRioja. Ahora bien, si debo responder sobre mi convocatoria, considerando la cantidad de entrenadores que trabajamos en la provincia de Buenos Aires y el país, no podría precisar. Desde ya, me sentí honrado por ser tenido en cuenta en el marco de la pasión que nos envuelve a todos y que es el básquet.
-¿Quiénes integraron el equipo de entrenadores en La Rioja?
–Herman Mandole, el entrenador principal, Federico Renzetti su asistente, Jonathan Riguero y Mariano Sánchez se desempeñaron en el área de desarrollo de jugadores; Pablo Gabriele, Alejandro Faisal y Mariano Piaggi los preparadores físicos y Juan Caro, Matías Balzaretti, ambos de Córdoba, Gustavo Sapochnick (Trelew) , Andrés Piccoli (Rosario), Martín de Zan (Tucuman) y yo nos desempeñamos con entrenadores invitados y ejercimos como asistentes en el campamento.
-Acerca de la experiencia vivida por su parte, ¿Qué aspectos pudo resaltar?
–En lo personal fue una experiencia, enriquecedora, tremenda desde todo punto de vista. La realidad es que ponerme la camiseta de mi país es una sensación muy fuerte, muy difícil de describir, es un momento de felicidad. Y a la vez de reflexión sobre el camino recorrido en el mundo del básquet. Siento que estuve aprendiendo desde el primer al último día.
Cuanta falta nos hacen estos jóvenes sanos y con energía que transmiten sus valores a las nuevas generaciones. Aplauso para ellos¡¡¡¡