EL ANÁLISIS DE LO SUCEDIDO, EL HIRVIENTE MOMENTO QUE SE VIVE EN LA ARGENTINA.

Columna opinión.

Por Nancy Monzón y Leopoldo Santucho (Directores de la Consultora Inteligencia Colectiva)

 

Nancy Monzón.

Dos más dos no son cuatro cuando se trata de política, esto se ha dicho siempre. Esta es la primera lectura que queda tras el batacazo dado por el candidato oficialista y Ministro de Economía, Sergio Massa. El ministro de una economía que exhibe una inflación de casi 140% interanual, y una escalada cambiaria crítica. El resultado; una gran sorpresa sobretodo para La Libertad Avanza, desde donde se decía, que iban a ganar en primera vuelta.

En la reciente elección ninguno más que el gobernador de la Provincia de Buenos Aires se puede decir ganador; la diferencia lograda contra sus competidores fue abrumadora. En eso debemos destacar que ni el “Yategate” ni el caso “Chocolate”, hicieron mella en el desempeño de Unión por la Patria en la Provincia. De hecho, en Lomas de Zamora, ganó por amplia diferencia el candidato oficialista, mientras que lejos de los escándalos no pasó así en Lanús,  donde el candidato a gobernador por Juntos por el Cambio, no pudo retener la intendencia la cual había dejado en manos de su delfín.

Tropezón y novela en Juntos por el Cambio

El resultado nacional fue estrepitoso para Juntos, perdió 620 mil votos desde las PASO y 4,5 millones desde las presidenciales de 2019. La alianza además perdió en provincias donde tuvo conquistas en las elecciones locales, como Jujuy y Chubut; allí Bullrich resultó tercera, o como Mendoza y Corrientes donde quedó segunda.

Pero el resultado no fue el causal de la crisis. Porque el miércoles 25 de octubre, Patricia Bullrich y Luis Petri hicieron pública su reunión con Javier Milei y el acompañamiento a la fórmula libertaria en el ballotage presidencial. La candidata dejó en claro que sus declaraciones no tenían ningún consenso de sus respectivos espacios partidarios, sino que estaban expresadas en representación de la ya extinta fórmula. Este acuerdo político con el libertario, claramente fraguado a espaldas del resto de la coalición, fue más leña al fuego en el Pro.

En primer lugar debemos destacar que la imposibilidad de llegar a una síntesis entre las distintas posturas frente al ballotage, expuso y agudizó la ausencia de conducción en el PRO, arrastrando a toda la alianza a una crisis. Claramente no es este el rol que asumió Mauricio Macri, a cuya responsabilidad se atribuye la crisis en el espacio. Así quedó claro tras la declaración abierta de ruptura del radicalismo, las declaraciones de un desdibujado Horacio Rodríguez Larreta, Lilita Carrió de la Coalición Cívica quien lo hizo directamente responsable y, más aún, con las de los 10 gobernadores de la alianza.

Inclusive pensando por fuera la dinámica interna de Juntos por el Cambio, y más en el contenido, las declaraciones de la excandidata presidencial siguieron la misma narrativa del antikirchnerismo, que constituyó el núcleo de la segunda parte de la campaña electoral. Nuevamente prometió un panorama de caos institucional y económico extremo en el caso que Massa ascendiera a la presidencia. La misma argumentación de la carrera que tuvo la derrota como corolario.

Dentro de la alianza hay ganadores. Jorge Macri el único ganador del domingo y obteniendo el triunfo de manera definitiva tras la dimisión de Leandro Santoro para pelear en el balotaje, a 48 horas de los comicios. El primo del expresidente se consolida dentro del espacio, reteniendo también la intendencia de Vicente López.

Claramente, es el fin de una etapa dentro de la alianza nacida en 2015. En detrimento claro de la figura de Mauricio Macri, y en la que el radicalismo ha logrado mejorar sus posiciones notablemente, accediendo a nuevas gobernaciones y escaños. Mientras se dirimen los nuevos términos de la alianza, la novela sigue.

Segundo lugar con sabor a derrota

Los ánimos en el espacio de Milei se turbaron con los primeros resultados del domingo. Las peleas se multiplicaron, en una típica caza de culpables. Es que lo que advierten es que la frenada de la ola libertaria, es más mérito propio que ajeno. Viéndolo de este modo, debemos notar que la campaña del miedo de sus contrincantes, no fue tan efectiva como la que desarrollaron las propias figuras electorales libertarias. Aun cuando el candidato presidencial intentó ensayar la moderación, el tono de sus candidatos siguió siendo agresivo llenando de memes y otros virales las redes sociales.

En el mismo sentido puede leerse la reacción del electorado a las propuestas del espacio,  profundamente alejadas de los valores más profundos de la sociedad y más aún de sus demandas urgentes. En sus declaraciones se mostraron alejados de una lectura contextual, dejando atrás los puntos de contacto con las orientaciones y exigencias del electorado.

No obstante, debemos notar que el resultado habla de la consolidación electoral en tiempo récord de la fuerza. Hace sólo dos años, en su primera elección apenas tenían una pequeña bancada de 2 escaños. Mientras que ahora exhibe 40 lugares en la cámara baja y 8 en la alta. Demasiado alejado de lo necesario para garantizar quórum propio o al menos una cuota de apoyo a las propuestas legislativas del ejecutivo.

La conducción libertaria festejó como un triunfo la declaración de Bullrich, con ribetes humorísticos inclusive.

Un sector pequeño pero no menos influyente de la sociedad notó el impacto del efecto Milei en la economía, en particular notando la relación de sus declaraciones con las corridas cambiarias y los cambios de humor del mercado. Se trata de sectores urbanos de las capitales provinciales, que más por temor que por afinidad ideológica, apostaron al candidato oficialista.

Resta todavía por ver cuán consciente es la conducción libertaria del impacto de sus propuestas en las decisiones financieras de un sector social clave en la dinámica local.

Los aparatos políticos y el desempeño oficialista

La paradoja electoral que significa el triunfo de Massa necesariamente requiere ver más de un factor. Pero sin duda las medidas de política económica tomadas tras la derrota de las PASO y en la urgencia posdevaluatoria tienen mucho mérito. Un segmento de los electores mostraron una alta aprobación de la eliminación del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría, mientras que otros segmentos se mostraron satisfechos con las medidas de refuerzo del ingreso directas e indirectas. La semana que el impuesto a las ganancias se debatía en el Congreso, nuestro relevamiento mostraba un crecimiento de 4 puntos en la aprobación de la imagen del candidato oficialista.

Pero además en las elecciones es preciso notar la ostentación del aparato por parte del peronismo. Las elecciones dejaron claro que el acompañamiento mediático y la ofensiva en redes no son suficientes, en el país sigue pesando la fuerza local de los llamados “aparatos políticos”. En el escenario nacional sigue siendo clave la inserción territorial, fiscalización en los comicios, recursos para movilidad, etc.

La remontada de casi 10 puntos nacionales habla también de que indudablemente el aparato todavía funciona y los mandatarios del espacio trabajaron la boleta nacional, algo que no había sucedido en las PASO. Siempre está el planteo de interrogantes por los motivos ¿es la fuerza del peronismo cuando se encolumna detrás de un mismo liderazgo? ¿o el miedo a una coparticipación federal condicionada?

De todos modos, es preciso notar que este se trata del piso electoral histórico del peronismo. Este piso es tanto más preocupante que el 38,7 obtenido por Eduardo Duhalde en las presidenciales de 1999.

En términos futboleros, no estamos ante un alargue ni frente a penales, este es un partido nuevo que empezó en la cancha el mismo lunes 23 de octubre.

 

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