EJEMPLO DE VIDA.
María Flor Angel Longarela, Tota, hasta el último día de sus 96 años, fue un ejemplo de todo lo que está bien en la vida. Su don de gente, el espíritu incolumne, su afán permanente por colaborar de la forma que fuera posible con su amado pueblo, Capilla del Señor, hicieron que fuera reconocida en forma permanente.

Tota Longarela (atrás con lentes). a su izq. su sobrina la dra. María José Longarela
Tota Longarela antes, enhebró su vida como maestra, y allá desde mediados de los años ´60, educó con enorme sabiduría a cientos de alumnos de varias generaciones del distrito desde las aulas de la Escuela 1 Bernardino Rivadavia, su segunda casa. Fue contemporanea de otras maestras que como ella, rompieron el molde en la educación de Exaltación de la Cruz. Una maestra que puso el alma.
Disfrutó de su familia, tan querida; amo la música y el canto, el folclore como los Longarela. Una mujer, Tota, sencilla, querible y maestra, por tantos admirada. Ya no está entre nosotros, sin embargo con su proverbial amablidad y educación, sobrevolará Capilla del Señor, desparramando sabiduría.
QEPD




